La obsesión consume cada corazones como un fuego incesante. En este juego, las normas son fugazes y el desencanto se convierte en una herramienta. Ninguno encuentro es un peligro. El grito de la desesperación llena el aire. Solo los valientes pueden navegar por este laberinto, donde el destino es siempre una sorpresa. La Mujer de las Alas O